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Gobierno de México presenta avances en cumplimiento del decreto para prescindir del glifosato y del maíz transgénico

Destacan que se ha acumulado evidencia sólida y rigurosa sobre la correlación en el consumo de glifosato y diversas enfermedades, entre ellas, cáncer y diabetes.

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A casi dos años de la entrada en vigor del decreto presidencial para prescindir de forma gradual del uso, adquisición, distribución, promoción e importación de glifosato y maíz transgénico, el gobierno de México, mediante distintas dependencias presentaron logros y avances a favor de la salud, la alimentación sustentable y el cuidado de la diversidad biocultural.

Representantes de las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Salud, Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Bienestar, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), coincidieron en que los hallazgos para eliminar el uso del glifosato son sostenibles, seguros y culturalmente adecuadas, que no ponen en riesgo la producción agroalimentaria del país.

En rueda de prensa, la titular de Medio Ambiente, María Luisa Albores González, informó que se ha avanzado en el proceso de difusión y capacitación para dar a conocer el impacto del glifosato y los organismos genéticamente modificados en la salud, el ambiente y la economía local, capacitando a actores estratégicos y al público en general. A la fecha se ha tenido una asistencia de más de 72 mil personas, indicó.

Por su parte, el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura, Víctor Suárez Carrera, desmintió las afirmaciones que difunde la industria de agroquímicos y el Consejo Nacional Agropecuario en torno a que la eliminación del glifosato propiciaría una catástrofe en la producción agroalimentaria, reducirá la superficie de siembra y se afectaría la actividad económica de las y los productores.

Lejos de eso, mostró que, de forma paralela a la reducción de importaciones de glifosato, la producción agroalimentaria tiende a crecer, y lo mismo ocurre en el caso específico de la producción de maíz, cultivo número uno de aplicación de ese herbicida en México y el mundo.

Víctor Suárez destacó experiencias que son parte o ajenas a la política pública, en la producción de autoconsumo, para el mercado interno y para la exportación, entre ellos más de 100 productores o agrupaciones en Sinaloa que están en transición agroecológica, siendo esta entidad emblemática de la producción comercial.

El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell-Ramírez, explicó que existe evidencia científica de que el glifosato causa cáncer, sobrepeso, daño hepático y renal; alteración del sistema endocrino y de la regulación metabólica.

Dijo que en la industria de alimentos chatarra aplica la misma infodemia que las tabacaleras, sustentada en declaraciones de pseudo académicos e institutos, para señalar falsamente que el herbicida no causa daños a la salud.

Los grandes intereses económicos, explicó, evocan a la Organización Mundial de Salud (OMS) para sostener que el glifosato no es cancerígeno; sin embargo, este organismo internacional acumula un rezago de 12 años en cuanto a información científica sobre pesticidas; “es decir, que cuenta con una lista obsoleta sobre herbicidas”.

López Gatell-Ramírez recordó que este herbicida se inventó a principios de los años 60 para destruir el medio ambiente y la naturaleza de Vietnam; después se comprobó que podía utilizarse para limpiar las cañerías. Años más tarde, empresas como Monsanto lo patentaron para la producción de alimentos a gran escala, a pesar de que causan graves daños a la salud y el medio ambiente; además, permanece activo hasta 40 días y se encuentra en mantos acuíferos, lluvias, tejido animal y vegetal.

La directora general del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla Roces, afirmó que sí es posible prescindir en México del glifosato y los transgénicos para recuperar nuestra soberanía alimentaria y sanar el campo mexicano, mediante el desarrollo de bioinsumos basados en rescate, redignificación y validación de alternativas existentes.

Precisó que, con tecnologías novedosas y de manufactura mexicana, se desarrollan cinco nuevos herbicidas agroecológicos, en una alianza virtuosa entre universidades públicas y empresas, que tienen la capacidad de producir 500 mil litros al año sin los efectos perniciosos que causa el glifosato.

Por su parte, el secretario ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), Alejandro Espinosa Calderón, recalcó la importancia de los maíces nativos como alimento básico y fundamental del pueblo mexicano, ya que tienen beneficios como: un mayor contenido de proteínas, fibras y ácidos grasos de cadena intermedia, además de antioxidantes como las antocianinas, en especial las variedades de color azul, rojo y morado; lo cual muestra que los maíces nativos contienen ventajas para la dieta del pueblo mexicano, a diferencia de los maíces transgénicos.

La rueda de prensa interinstitucional para presentar los avances en el Decreto 2022 sobre el glifosato y maíz transgénico puede consultarse en la siguiente liga: https://bit.ly/3uBCE8H

Ciencia, Salud, Glifosato, Agricultura, Maíz Transgénico, Alimentación, Enfermedades,

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