Al recibir el 36º Premio Nacional de Danza José Limón, el maestro Jesús Jaime Hinojosa Villagómez lamentó la muerte del joven bailarín Maximiliano Corrales (1995-2023), de quien dijo que
"cuando muere un bailarín, se muere con él un pedazo de nuestra alma, pero cuando muere en esas circunstancias se muere también un pedazo de nuestro corazón y de nuestras esperanzas".
Sin la presencia de última hora, de la maestra Lucina Jiménez, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (quien suspendió su venida por el fallecimiento de su madre), en el acto la representó la coordinadora Nacional de Danza del INBAL, Nina Serratos Salazar, y Alma Quintana Lazcano, subdirectora del Programa Nacional de Danza, y junto a ellas, el Dr. Juan Salvador Avilés Ochoa director general del Instituto Sinaloense de Cultura.
En el Teatro Pablo de Villavicencio, donde se realizó el acto, también estuvieron presentes Carlos Zamora, director artístico del Festival, y la coreógrafa Claudia Lavista, miembro del jurado calificador del Premio y codirectora de la compañía Delfos Danza Contemporánea, de Mazatlán.
El pionero de la danza contemporánea en la Comarca Lagunera, fundador de una Escuela de Daza y del grupo Mezquite, comentó que “estoy feliz con el Premio y con estar aquí, al mismo tiempo, porque soy medio bipolar, con el duelo y el vacío que deja Max Corrales a la danza”, dijo evocando al bailarín cosalteco asesinado en vísperas del inicio de este Festival, en Culiacán.
“Maximiliano representaba la pasión y la convertía en su día a día en poesía, dentro del salón, en el foro y seguramente en su vida. José Limón tuvo esa pasión y está aquí con nosotros. Max, a quien le robaron despiadadamente el tiempo, tuvo esa pasión y seguirá aquí con nosotros. Con gran fortuna, José Limón murió en paz; Max no murió en paz: murió con miedo, desprotegido y violentamente. No lo merecía”.
Nina Serratos ponderó la larga trayectoria en la danza de Hinojosa Villagómez y agregó:
“Hoy reconocemos la trayectoria del Mtro. Hinojosa, y más allá de las instituciones que, por supuesto, son pilares de esta edificación cultural de nuestro México, son los espectadores, el público y todos los que amamos el arte, quienes agradecemos a Jaime su talento, su pasión y su vida dedicada a la danza; enhorabuena, Jaime, y felicidades a la danza y también va por Max en su honor”.
A su vez, Avilés Ochoa, dijo que “terminamos esta 36º edición del Festival José Limón tal y como comenzamos, consternados por el fallecimiento de un destacado bailarín, que ya no está con nosotros, pero la danza tiene que continuar, y hoy nos convoca la entrega de este Premio a un destacado bailarín, coreógrafo, maestro, escritor, servidor público y que, gracias a su labor en el noreste de nuestro país, en Torreón, es hoy reconocido y eso nos llena de satisfacción”.
En el marco de la premiación, se presentó el espectáculo "Mar de huellas", con cuatro coreografías a cargo de alumnos de la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán y de la Escuela Superior de Danza de Sinaloa del ISIC, en el que se presentaron las piezas “Ellas, Ellos, Ellas”, de Alejandro Pérez Caicedo (de la ESDS); “Frágil secreto", de Claudia Lavista (EPDM / estreno). "El reparto de lo sensible", de Shantí Vera (por la ESDS), y "Edén", de Francisco Córdova, por la EDPM, en pre estreno.
Jesús Jaime Hinojosa, originario de Nuevo León, es considerado uno de los máximos exponentes en esta disciplina gracias a su talento, que le ha permitido ser un gran formador de bailarines, coreógrafos y directores de danza. En 1996 fundó la Compañía Mezquite Danza Contemporánea, A. C., que hasta la fecha dirige, con alumnos de la Escuela de Danza Contemporánea de Torreón, Coahuila, desde donde irradió el fervor por la danza en el noreste del país.
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